Hacia una cultura del aprendizaje

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La avidez por abrir espacios y participar activamente en conversaciones sobre diversas temáticas que fomenten el compromiso de todos los ciudadanos en general, y de los líderes en particular, me ha llevado por impensados caminos a lo largo de mi vida. Es mi deseo colaborar desde mi experiencia para llevar adelante una transformación hacia un mundo más humano, inclusivo, justo y sustentable.

En este transitar, Javier Martínez Aldanondo me abrió las puertas para participar, aunque fuera modestamente,  de la redacción de un manifiesto por una cultura del aprendizaje. Tuve así la posibilidad de ser convocado, junto a un grupo de expertos en aprendizaje de España y Latinoamérica, a formar parte de un ejercicio colaborativo cuyo resultado fue un valioso documento que pone a la cultura de aprendizaje como eje estratégico para las organizaciones inteligentes del futuro. 

Nuestra inteligencia radica en una producción de conocimientos y procesos de aprendizajes colectivos. No somos solos, y de nada nos sirve el conocimiento si no es compartido, si no es parte de un proceso de socialización. El conocimiento es un bien común, fundamental para el crecimiento de toda la sociedad. Como bien plantea el manifiesto (compartido más abajo), ni las personas ni las organizaciones podemos progresar sin aprender.

De esta forma, queda en evidencia la necesidad urgente de modificar en todas las organizaciones los esquemas de producción con búsqueda de resultados cortoplacistas, para darle un especial espacio al aprendizaje —la única forma real de crecimiento y progreso posible— como parte de la estrategia de la organización. 

Y en este camino, es primordial el papel de todas las personas con responsabilidad directiva y capacidad de liderazgo, quienes deberán desaprender y volver a aprender a aprender para lograr impulsar una cultura del aprendizaje, de la innovación, del intercambio de saberes y de colaboración al interior de las organizaciones.

Ya lo dice el manifiesto: “Una organización o una sociedad que no aprende se condena a desaparecer”. Para no adelantar más acerca del documento, sin mayores rodeos, se los comparto. 

Es hora de trabajar y avanzar en este camino hoy, ahora. ¿Y si no cuándo?

Juan VeraComentario